¿Qué es el Alzheimer?

La enfermedad del Alzheimer es una enfermedad neurodegenerativa, principal culpable de muchos de los casos de demencia que se diagnostican. Esta enfermedad destruye las células cerebrales, provocando graves daños cognitivos. Además, se produce la pérdida progresiva de memoria y de la mayoría de las habilidades sociales.

¿Qué es el Alzheimer?

Una persona con Alzheimer llega a desarrollar muchos problemas para enfrentarse a su día a día. La memoria, la comunicación, las decisiones cotidianas se vuelven más complejas según evoluciona la enfermedad.

Como es una enfermedad neurodegenerativa, el Alzheimer avanza de manera progresiva. Además, afecta principalmente a las personas mayores de 60 años y cada vez se diagnostican más casos. En la actualidad, más de 1 millón de personas han sido diagnosticadas con Alzheimer, un número que aumenta de manera exponencial cada año según anuncia la Organización Mundial de la Salud.

El Parkinson suele afectar más de media a hombres que a mujeres; no obstante, los síntomas no suelen variar, si bien sí que lo hace su evolución.

La Organización Mundial de la Salud decidió establecer el Día Mundial del Parkinson cada 11 de abril, conmemorando la vida del médico que plasmó por primera vez los síntomas del Parkinson, James Parkinson. Durante el Día Mundial del Parkinson se pretende dar a conocer esta enfermedad y visibilizar a quienes la padecen.

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Existen muchas organizaciones que se dedican a la investigación contra el Alzheimer. Algunas de estas investigaciones tratan de abordar directamente la sintomatología, mientras que otras se introducen de lleno en los estragos de la enfermedad y sus causas. Cada 21 de septiembre se celebra el Día Mundial del Alzheimer, momento en el cual se intenta concienciar e incentivar sobre la importancia de paliar esta enfermedad.

Causas del Alzheimer

Hoy en día, todavía es incierto qué causa la enfermedad del Alzheimer. Las últimas investigaciones que se centran en determinarlo no han concluido una causa clara de esta enfermedad. Sin embargo, sí que se sabe que la reducción en la producción del neurotransmisor conocido como acetilcolina juega un papel muy importante en el deterioro de las capacidades cerebrales.

A pesar de ello, se han determinado algunos factores de riesgo que aumentan las probabilidades de desarrollar la enfermedad del Alzheimer.

1. Factor genético:
si un familiar directo ha padecido Alzheimer, la probabilidad de padecerla aumenta considerablemente.

2. Sexo:
en proporción, los diagnósticos de Alzheimer en mujeres son mayores.

3. Edad:
el Alzheimer es una enfermedad que se asocia con la vejez debido a que la mayoría de los casos se diagnostican a partir de los 65 años. Por lo tanto, la vejez es un factor de riesgo en esta enfermedad.

4. Nivel educativo:
personas con niveles educativos más bajos presentan un mayor porcentaje de casos de Alzheimer debido a la estimulación cerebral.

5. Otras patologías:
traumatismos, enfermedades neuronales y cardiovasculares, diabetes, hipertensión, obesidad etc.

Tratamientos del Alzheimer

Actualmente, no se ha podido alcanzar ninguna de estas metas, por ello lo que se intenta incentivar es la prevención del Alzheimer en individuos cognitivamente sanos. Esto significa trabajar aspectos cognitivos antes de que se hayan producido los primeros deterioros. Cada vez se están destinando más fondos a materias de prevención del Alzheimer, ya que aparentemente puede mostrar mejores resultados. Sin embargo, la investigación sobre el tratamiento de sus síntomas sigue siendo el buque insignia de la lucha contra esta enfermedad.

Prevenir el Alzheimer en estos casos pasaría primero por promover un correcto estado del cerebro y sus funciones. De este modo, se conviene adoptar hábitos y prácticas saludables para los individuos. Por ejemplo, desarrollar una rutina de ejercicio físico, fomentar las actividades cognitivas, tener unas relaciones sociales sanas y seguir una dieta equilibrada. Llevar a cabo estos puntos puede prevenir determinados casos de demencia según diferentes estudios.

Además de esto, existen algunos tratamientos de tipo farmacológico que se suelen recomendar en determinados casos del Alzheimer. Estos tratamientos actúan sobre los síntomas del Alzheimer tratando de mitigarlos.

Por ejemplo, los inhibidores de glutamato se usan para tratar de frenar el deterioro cognitivo que afecta a la pérdida de memoria. De igual modo, los inhibidores de colinesterasa retrasan el deterioro cognitivo resultado de la enfermedad del Parkinson.

Recientemente se ha desarrollado una vacuna conocida como AN-1792, la cual ayuda a proteger el cerebro de estructuras nocivas que producen la aparición del Alzheimer.

Frente a estos tratamientos basados en fármacos, existen otros más tradicionales y menso invasivos. Por ejemplo, la musicoterapia. Esta terapia aparece como un tratamiento no farmacológico y menos nocivo. Mediante el uso de la música como instrumento terapéutico, se busca estimular la cognición de las personas con Alzheimer, evocando sentimientos y recuerdos positivos que aumenten su bienestar emocional. Es un tipo de terapia que busca que ayudar a la persona con Alzheimer en su día a día.

También existen otras terapias enfocadas en lo visual, como las que se hacen con fotografías. De modo que, mostrando al paciente imágenes de su pasado, se busca que esta persona rememore momentos pasados y se reactiven sus procesos cognitivos.

La estimulación cognitiva ha demostrado en diversas ocasiones tener un papel muy importante en la manera en la que se manifiestan los síntomas del Alzheimer. Es un conjunto de técnicas que pueden retrasar la pérdida de memoria ya que sirven como “gimnasia mental”. Por ello, cuando se recomienda fomentar estas actividades se hace pensando en que actuaran sobre los primeros síntomas de la enfermedad. Así se puede retrasar la aparición de las fases finales en las que la persona es completamente dependiente.

Síntomas del Alzheimer

Los síntomas de la enfermedad del Alzheimer no solo se limitan a la pérdida progresiva de memoria. Esta enfermedad es muy compleja y, como actúa de manera evolutiva, su sintomatología aparece en 3 diferentes etapas. Sin embargo, cada paciente puede experimentarlas a diferente ritmo e intensidad.

Síntomas primeros del Alzheimer

Durante la primera etapa del Alzheimer, los síntomas que aparecen lo hacen de una manera más sutil. Como es menos evidente, a veces se confunde con síntomas característicos de la vejez, por eso es importante acudir al médico ante cualquier cambio.

Es en este momento cuando aparecen los primeros lapsus y pérdidas de memoria, tanto a corto como a largo plazo. Por ejemplo, pueden producirse olvidos de hechos recientes que han pasado hace minutos, o también fechas concretas de la vida de la persona con Alzheimer.

De igual modo, otros síntomas como la desorientación aparecen en esta etapa. Pequeños despistes como perderse de vuelta a casa empiezan a suponer un problema tanto para la persona con Alzheimer como para sus familiares. Se empieza a perder también la noción del tiempo, confundiendo las horas del día y el momento en el que se encuentra.

Otros síntomas a nivel cognitivo también empiezan a hacerse evidentes en la persona mayor con Alzheimer. Por ejemplo, se tiende a perder de manera progresiva la concentración, aparecen síntomas de fatiga, así como de cuadros depresivos y ansiedad. Todo esto lleva a que el humor del paciente sufra diferentes cambios de manera frecuente.

Por otro lado, en esta primera etapa algunos aspectos aun no parecen afectadas como la comunicación, la movilidad o la percepción.

Síntomas avanzados del Alzheimer

A medida que la enfermedad del Alzheimer evoluciona, los síntomas se vuelven más complejos y fluctuantes. Durante esta segunda etapa, las funciones del paciente muestran alteraciones considerables. Por un lado, se pierde el control de la movilidad, conocido como apraxia. También aparecen algunos problemas de comunicación, que incluyen la comunicación verbal y la comprensión, la afasia. Finalmente, las dificultades para reconocer tanto a gente como a lugares, agnosia, es ya un problema más que evidente.

En esta segunda etapa de los síntomas del Alzheimer, el paciente está muy confuso y desorientado. Por lo tanto, esto hace que la depresión y la ansiedad que esto le causa agrave los síntomas principales. Las actividades del día a día suponen un reto para el paciente. Actividades como vestirse, comer o acudir al baño deben hacerse con supervisión o ayuda en determinados momentos.

Los problemas de comunicación al no poder expresar lo que necesita hacen que el día a día sea confuso. Aquí, la gente que convive con la persona con Alzheimer tiene que tratar de ser comprensiva y empática para incentivar su memoria.

Finalmente, todo esto se traduce en la apatía de la persona mayor, que pierde el interés por lo que le rodea y antes le resultaba placentero. También aparecen algunos trastornos psicóticos que hacen que la persona con Alzheimer imagine o escuche cosas que realmente no existen.

Síntomas finales del Alzheimer

Finalmente, en la última fase del Alzheimer, los síntomas son más graves y extremos. Como ya sabemos, es una enfermedad irreversible, lo cual hace que los síntomas vayan progresivamente desgastando la calidad de vida del paciente. Tanto los aspectos intelectuales, como los cognitivos y los motores quedan prácticamente anulados. La persona mayor con Alzheimer termina por no poder reconocerse a sí mismo ni construir un discurso coherente desde su propia persona.

La asistencia en este periodo es altamente necesaria, ya que en muchos casos la persona con Alzheimer queda en cama. Esto hace que necesite ayuda para todos los aspectos esenciales del día a día, como son la alimentación y la higiene.

Llegados a este momento, la persona con Alzheimer ha perdido ya toda su autonomía previa. Tanto su equilibrio, movilidad, memoria están muy deterioradas y esto hace que puedan producirse crisis de convulsiones o incluso epilépticas.

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Cuidar a una persona mayor con Alzheimer

A medida que el Alzheimer evoluciona, ayudar a una persona con Alzheimer es más complicado. La pérdida de memoria, la desorientación y otros síntomas del Alzheimer son más complejos a la hora de lidiar con ellos. Cuando se pierde la autonomía, los cuidados se vuelven esenciales. Es entonces cuando los cuidados a una persona con Alzheimer deben ser especializados y personalizados.

Lo más importante para cuidar a una persona mayor con Alzheimer será establecer rutinas que pueda hacer por sí misma. Hacer calendarios, preparar actividades periódicas etc. podrían sentar la base de unos correctos cuidados. El mantener una rutina sirve para ayudar a una persona con Alzheimer. Las actividades pautadas y las reglas fáciles de recordar contribuyen positivamente a mantener los niveles de estrés de los enfermos de Alzheimer.

De igual modo, para cuidar a una persona mayor con Alzheimer, debemos empezar por simplificar su mundo. Esto implica el reducir las actividades que generen mayor disonancia, regularizar los horarios, simplificar las elecciones del día a día como pueden ser ropa, comida u ocio etc.

Durante las primeras etapas del Alzheimer, la persona todavía es funcional en muchos de los aspectos. Por ello, ante los primeros signos de pérdida de memoria, no hay que agobiarse ni tampoco presionar al enfermo. Lo que haremos aquí será supervisar la actividad diaria, interviniendo solo cuando sea necesario. Si la persona mayor se siente funcional, pero constantemente tiene a alguien presionándole, puede llegar en muchas ocasiones a frustrase.

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En Cuidado mayor creemos que la mejor manera de ofrecer cuidados a nuestros mayores con Alzheimer es en el propio domicilio. El desarrollar su día a día en su propio entorno puede ser muy beneficioso para recordar eventos de su pasado. De igual modo, el que sus familiares puedan visitarle en casa evocará diferentes recuerdos.

Para ello, Cuidado mayor se encarga de seleccionar a las personas más profesionales en el campo de los cuidados. Especialistas en Alzheimer y demencias, ofrecemos cuidados especializados y completamente personalizados. Porque, como ya sabemos, el Alzheimer no afecta de la misma manera a dos personas, por lo tanto, son aspectos que hay que tener en cuenta a la hora de cuidar.

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