Consecuencias del uso de pantallas en personas mayores

Por 29 junio, 2018mayo 9th, 2019Bienestar

Una vida multipantalla

Tanto en nuestra vida privada como profesional la exposición a ordenadores, televisores, smartphones o tablets es diaria. Hoy en día nos comunicamos, trabajamos y nos entretenemos a través de una pantalla, por lo que todos deberíamos conocer las consecuencias que tiene sobre nuestra salud el uso excesivo de las pantallas.

Consecuencias del uso excesivo de pantallas

Problemas oculares

Al mirar una pantalla tendemos, de manera inconsciente, a pestañear menos y a abrir más los ojos, por lo que los exponemos a una mayor cantidad de luz. Todo ello supone un sobreesfuerzo para nuestra vista. Por tanto, la utilización continua de pantallas digitales puede causar fatiga ocular que, a su vez, puede ocasionar lagrimeo, sequedad ocular, visión borrosa e, incluso, dolor de cabeza.

Dado que con el paso de los años la vista se deteriora por diferentes motivos, es común entre las personas mayores presentar fatiga ocular más pronunciada cuando se utilizan pantallas. Por ello, en la tercera edad conviene regular el uso de las pantallas y elegir las más adecuadas a las características de cada persona.

Al mirar una pantalla tendemos a pestañear menos y a abrir más los ojos, por lo que los exponemos a una mayor cantidad de luz

Calidad del sueño

Existen multitud de estudios que han señalado los efectos de la luz de las pantallas digitales en el ritmo circadiano, que es el que determina y define los patrones del sueño en las personas. La cantidad de luz a la que exponemos los ojos cuando miramos una pantalla penetra muy fácilmente en nuestros párpados, interfiere en la producción de melatonina (necesaria para dormir) y activa el sistema de “alerta” en el cerebro, por lo que es más difícil relajarse y conciliar el sueño.

En la tercera edad el ritmo circadiano cambia de manera paulatina, por lo que las personas mayores pueden percibir más dificultades para dormir toda la noche sin despertares. Por este motivo, no es recomendable el uso de dispositivos con pantallas en horas cercanas a la noche, para evitar la interferencia de una adecuada producción de melatonina.

Envejecimiento prematuro de la piel

Cada vez más investigaciones del ámbito de la dermatología y la fototerapia señalan que la luz de algunas pantallas, especialmente si son viejas, puede emitir radiación infrarroja y, por tanto, tener efectos nocivos sobre la piel, especialmente relacionados con el envejecimiento prematuro de la piel, como la aparición de manchas y arrugas. No obstante, estas posibles consecuencias en la salud de la piel dependen en gran medida de la cantidad de tiempo que esta pase expuesta a la luz y del tipo de pantallas.

Dolores musculares

Además de dolor de cabeza debido a la fatiga ocular, pasar muchas horas al día delante de la pantalla hace forzar la postura corporal, por lo que puede causar dolores musculares especialmente en la espalda y el cuello.

Conviene cuidar la higiene postural, que tiene como objetivo reducir y prevenir daños principalmente en la columna vertebral. Con el paso de los años, el sistema músculo esquelético sufre determinados cambios que pueden favorecer la aparición de dolores. Por ello, tanto en personas mayores como jóvenes, conviene cuidar la postura cuando se utilizan pantallas, para evitar forzar la postura corporal y prevenir posibles daños.

La luz de las pantallas activa el sistema de “alerta” en el cerebro, por lo que es más difícil relajarse y conciliar el sueño

¿Qué podemos hacer?

  • Evitar, en la medida de lo posible, la sobreexposición a las pantallas
  • En el trabajo, establecer pausas
  • Bajar el brillo de las pantallas
  • Ubicar las pantallas a una distancia y altura adecuadas para evitar malas posturas
  • Evitar mirar pantallas antes de dormir

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