Pérdida de memoria en los ancianos

Por 29 marzo, 2021mayo 4th, 2021Neuropsicología
Pérdida memoria principal

«El número de personas que padecen demencia se triplicará en los próximos 30 años» según un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS). A medida que pasan los años y los problemas de memoria comienzan aparecer, muchos ancianos ven cómo «su vida» y sus recuerdos desaparecen; como se les escapa de las manos.

El envejecimiento ya presupone de por sí una notable pérdida de las capacidades mentales. Pero la confusión o pérdida de memoria grave, es un síntoma de que las conexiones que mandan información dentro de nuestro cerebro están dañadas, fallan más de la cuenta.  Desde Cuidado Mayor queremos que aprendas a diferenciar cuáles son las manifestaciones de pérdidas de memoria «normales» entre ancianos, y cuales pueden estar detrás de una enfermedad. Además, al final del artículo encontrarás la recomendación de un libro que puede ser de ayuda para superar los obstáculos que suponen la pérdida de memoria en ancianos.

¿Tipos de memoria?

La memoria es la capacidad que nos permite mantener información de manera activa en nuestra cabeza, para así poder «trabajar» con ella. No te la imagines como una biblioteca con sus estanterías donde vas almacenando los libros, se trata más bien de una mesa de trabajo dinámica. Donde van llegando los «libros» de la estantería y tienes herramientas con las que vas trabajando sobre ellos.

No es necesario aprender algo para trabajar nuestra memoria, también la necesitamos en actividades más «lúdicas» como cuando estamos hablando por teléfono con nuestra hija mientras estamos ordenando la cocina. En ocasiones pensamos que el ocio no ayuda, y más bien todo lo contrario, no hay mejor aprendizaje que el que nos divierte.

Existen distintas modalidades de memoria, igual de importantes. A grandes rasgos la primera clasificación de ella distingue entre:

  • La memoria a corto plazo que almacena la información durante un periodo corto de tiempo (cuando intentas memorizar un número de teléfono, una dirección o el nombre de un nuevo compañero de trabajo, estás utilizando este tipo de memoria).
  • La memoria a largo plazo, se encarga de almacenar la información más compleja durante un largo periodo de tiempo, esta memoria es la que vulgarmente denominamos “memoria”. La información puede ser sobre conceptos que aprendes (como cuál es la capital de Italia o de Francia), hablamos de memoria declarativa ó episódica: la historia sobre los sucesos que han ocurrido en la vida de cada persona (cómo fue tu celebración de los 18 años o el nacimiento de tu nieto). 

¿Pérdida de memoria?

La pérdida de memoria es aquel hecho durante el cual nuestro cerebro no es capaz de acceder a la información que le demandamos. La información no se pierde, sino que se extravía y no somos capaz de encontrarla. Al igual que el resto de nuestro cuerpo, el cerebro humano envejece. La pérdida de memoria se da con mayor habitualidad en las personas más mayores además de en las personas con algún tipo de enfermedad, como podría ser el alzheimer.

«La información no se pierde, se extravía y no somos capaz de encontrarla».

Con frecuencia, la pérdida de memoria que interrumpe la vida es uno de los primeros o más reconocibles signos de demencia. La palabra “demencia” es un término genérico utilizado para describir un conjunto de síntomas, como el deterioro de la memoria, razonamiento, juicio, lenguaje y otras habilidades de pensamiento. Pero la demencia no es una condición “normal” en nuestro envejecimiento, es una enfermedad. 

Síntomas claros que avisan de la pérdida de memoria:

  • Pérdida de objetos importantes personales de forma habitual. El ejemplo más habitual podría ser el extravío de las llaves.
  • Dificultad para expresarse con palabras adecuadas. Lo más frecuente sería el comienzo de un uso del lenguaje algo excaso.
  • Realizar las mismas preguntas durante la misma conversación. De forma insistente se pregunta lo mismo, como si no se dispusiese de memoria a corto plazo.
  • Desorientarse en lugares frecuentados. Desaparición de los mayores en la calle.
  • Dificultad para recordar citas o encuentros. Es habitual el no presentarse a encuentros con amigos por no acordarse.
  • Olvidar palabras comunes al hablar. Se tienden a dejar de usar palabras que enriquecen las conversaciones.
  • Mezclar palabras de la misma familia léxica: decir “cama” en lugar de “mesa”, por ejemplo.
  • Colocar objetos en lugares inapropiados, como por ejemplo el teléfono dentro de la nevera.
  • Perderse al caminar en lugares conocidos.
  • Tener cambios en el estado de ánimo o en el comportamiento sin razón aparente.

Tipos de pérdida de memoria

Nos encontramos con dos tipos distintos de pérdida de memoria, la transitoria y la permanente.

  • La primera es aquella en que se olvida temporalmente alguna información pero que vuelve más tarde a nuestra memoria. Se dan en ocasiones por la ingesta de estupefacientes o la que nos sucede a todos de manera natural. Por ejemplo, es posible que ocasionalmente olvides el nombre de una persona, pero lo recuerdes más tarde en el día o que a veces pierdas tus gafas.
  • La pérdida de memoria permanente es más seria ya que no somos capaces de recordar un hecho o información concreta de forma permanente. Estos olvidos no te permiten poder llevar una vida plena y productiva, interrumpiendo tu capacidad de trabajar y vivir de manera independiente o mantener tu vida social.
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Causas de la pérdida de memoria

Hay factores que pueden incidir en la pérdida de memoria de tanto jóvenes como ancianos. Sí es cierto que debido al envejecimiento esta enfermedad se da con mayor frecuencia. Estas causas pueden ser:

  • Pérdida de memoria debido a problemas de salud: esto puede deberse a que algunos fármacos tengan efectos secundarios y puedan provocar pérdida de memoria. Estas causas podrían ser el abuso de estupefacientes como el alcohol, problemas con el tiroides, la falta de oxígeno en la cabeza debido a un ictus, tratamientos como la quimioterapia o la radioterapia… entre otros.
  • Pérdida de memoria debido a la edad y al envejecimiento: tendemos a pensar que la pérdida de memoria es algo exclusivo de las personas ancianas, pero no es así, es una enfermedad que ataca a todas las capas de la sociedad sin importar el sexo o la edad, pero sí es cierto que la población mayor está más débil y es más vulnerable a sufrir pérdida de memoria. Si estas pérdidas de memoria se vuelven severas hablaremos de un deterioro cognitivo leve y si es más exagerado nos encontraremos con un caso de demencia.
  • Pérdida de memoria debido al Alzheimer: esta enfermedad es una de las más frecuentes entre los ancianos. Esta patología implica un deterioro progresivo grave. Al principio estos olvidos no impiden la realización de las actividades diarias, conforme el deterioro es más severo las tareas diarias se vuelven imposibles.
  • Pérdida de memoria debido a problemas emocionales, el estrés o la ansiedad: el estar sometido a situaciones límites con una alta carga emocional puede hacer que olvidemos cosas. Las emociones muy intensas, hacen que nos centremos en determinados hechos o personas y nos olvidemos de otras. Normalmente esta situación tiene un carácter transitorio, y una vez se elimina la fuente de estrés se recupera esa memoria.
  • Pérdida de memoria debido a un deterioro cognitivo leve: esta pérdida es leve ya que a pesar de no recordar ciertos momentos o circunstancias no impide realizar las actividades del día a día. El deterioro cognitivo leve es en muchas ocasiones un preaviso de una demencia.
  • Pérdida de memoria debido a una demencia: es un problema muy frecuente en las personas ancianas. Se debe a la aparición de problemas cognitivos, como la pérdida del habla.
  • Pérdida de memoria en personas ancianas debido a problemas emocionales: el perder a un ser querido implica un altercado emocional. Es probable que debido a la pérdida de amigos y seres queridos las personas ancianas pasen por etapas de depresión que impliquen pérdida de memoria. Estos síntomas en ocasiones se confunden con demencia o Alzheimer.

¿Se puede prevenir la pérdida de memoria?

¿Por qué es importante la actividad mental? Nuestro cerebro tiene la capacidad de adaptarse al uso que le damos, es plástico. Los «mapas» que se crean en nuestro cerebro al usarlo de determinada forma se van entrenando como cualquier otro músculo, esto es, cuanto más lo uses más asentado estará ese uso en tu cerebro. No es nunca tarde para ejercitar el cerebro, este ejercicio puede ser un tratamiento preventivo o un tratamiento para evitar un mayor deteriorio.

«El trabajo de una habilidad hará que esta se haga más resistente al olvido».

Es por esto que la actividad mental y los aprendizajes nuevos favorecen el desarrollo de nuestro cerebro. Y, ¿Cómo puedo estimular mi actividad mental? Estimular la capacidad de atención y memoria se convierten en modos efectivos de retrasar los efectos más nocivos del paso del tiempo:

  • Tener un sueño constante y programado.
  • Disfrutar de una buena dieta, en cuanto a frecuencia y composición.
  • Realizar ejercicio físico adaptado a la franja edad.
  • Contar con una vida social activa que implique la relación social.
  • Realizar actividades cognitivas como leer, escribir, ir al cine, jugar a juegos de mesa, hacer sopas de letra o crucigramas.

Estas acciones ayudan en la prevención porque ejercitan el cerebro. Nuestro cerebro no deja de ser un músculo que requiere atención y ejercitación. Si no se ejercita el cerebro terminará por atrofiarse y dejar de funcionar.

¿Cuándo pedir ayuda?

Lo más frecuente es que las personas que comienzan a tener pérdidas de memoria no sean conscientes de ello y no lo acepten. Normalmente serán los familiares los que le hagan ver la urgencia de pedir ayuda externa profesional al afectado. Normalmente los familiares suelen negar la existencia de un problema, hasta que este es bastante notorio.

El problema real viene cuando el anciano olvida cómo realizar las actividades del día a día. En estos casos deberá ser un profesional médico el que califique el grado de “pérdida de memoria” vinculado a un grado de dependencia y ponga un tratamiento farmacológico si es necesario.

No debemos pensar que tenemos algún tipo de demencia si comenzamos a tener pérdidas de memorias y pequeños olvidos, esto se puede deber a estrés, ansiedad o malos hábitos de alimentación.

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¿Cómo retrasar la pérdida de memoria?

No se puede hacer frente a la pérdida de memoria desde un enfoque único. La batalla contra una pérdida de memoria severa deberá hacerse con un enfoque multidisciplinar. Hay muchos factores que se deben tener en cuenta como el tipo de demencia, la fase en la que se encuentra la patología y las características de la persona que lo sufre.

En ocasiones será recomendable que un neurólogo intervenga, en otras un logopeda o un terapeuta ocupacional… Las mismas recomendaciones para la prevención de la pérdida de memoria son recomendables para el freno de la evolución de la enfermedad. Repetimos una vez más que el hacer ejercicio, el tener una dieta equilibrada o el sociabilizarse, pueden ser actividades que repercutan de forma muy positiva en la evolución de la enfermedad.

Para ser un poco más específicos, buscamos estimular los sentidos (vista, oído, olfato, tacto y gusto) de una forma en la que estén involucrados también los procesos cognitivos (como la memoria o el lenguaje) y, que sea complementado con elementos emocionales, motivacionales y sociales; esto nos permitirá desarrollar una correcta y completa rutina para estimular los recursos cognitivos de nuestros mayores.

¿Sabías que el ejercicio físico y mental tiene la capacidad de producir nuevas conexiones neurales en tu cerebro? Así es, por esos las personas que participan en actividades que implican destrezas mentales complejas o actividades de ocio, tienen un menor riesgo de desarrollar Alzheimer previniendo o retrasando el desarrollo de este. Esto se traducirá en una mayor reserva cognitiva para nuestros mayores, lo que les aportará defensas extra para soportar un mayor  nivel de daño cerebral antes de empezar a mostrar signos de demencia.

Ayuda desde el núcleo familiar

Las primeras personas que serán conscientes de este problema serán los familiares, ya que el afectado no lo reconocerá. Será en este caso cuando el familiar deberá de incitar a la persona anciana a acudir a un especialista. En un primer momento no será tarea sencilla. Cuanto antes se ataje el problema y se trate mejor será la evolución de nuestro mayor.

Cuando se plantea a una persona con pérdida de memoria el que debe acudir a un profesional es necesario el usar buenos términostener paciencia y buen tono en las palabras usadas. Una vez se acude al especialista será este el que haga una serie de recomendaciones que el paciente deberá seguir y el familiar supervisar.

Es importante en que la persona con pérdida de memoria se sienta apoyada, querida y atendida en todo momento. El factor cariño juega un papel fundamental en este tipo de pacientes.

Lectura recomendada

El fin del Alzheimer

Desde Cuidado Mayor queremos recomendaros es libro Dale E. Bredesen es es doctor experto en enfermedades neurodegenerativas y con más de 30 años de experiencia. En este libro los trastornos que llevan a esta enfermedad a asentarse en la persona afectada. El libro da consejos y acciones para hacer frente al avance de la pérdida de memoria. Basado en información científica sujeta a experiencia clínica, su redacción clara y buena estructura hace que sea fácil de comprender. Aporta esperanza a las personas que padecen de enfermedades con relación a la pérdida memoria que se sustentan en datos reales. Desarrolla el método ReCoda que lleva desarrollando más de 20 años y que es digno de leer, entender y llevar a cabo.

Consejo Cuidado Mayor

Nuestros años de experiencia en el mundo de las personas mayores y los declives que en ellas se dan nos permite asegurar cuál es uno de los mejores consejos para mantener el bienestar y la calidad de vida de los mayores: mantenerse mentalmente activos, hacer ejercicio físico y fomentar las relaciones sociales, así como el trabajo emocional.

Es necesario seguir ejercitándose, y más aún cuando la «maquinaria» comienza a «fallar». Podemos y debemos mantenernos en forma, trabajar en nuestra salud y prevenir o mejorar así el deterioro progresivo producto de la edad.

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2 comentarios

  • Anónimo dice:

    Muy buena explicación !!!

  • Hugo Arturo dice:

    Sin lugar a dudas es una nota muy clara y posiblemente nos enfoque en el tipo de preocupación o miedo a nuestra futuras acciones de vida, ya sea con la memoria o tratando de prevenir alguna posible enfermedad cognitiva, que a los 75 años no es descabellado pensar en cursarlas , lógicamente las palabra “alzheimer” y “demencia” nos preocupa, nos asusta, y quien está en condiciones de ponerse a disposición, de un profesional, yo creería que sería acertado.

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