La enfermedad de Alzheimer es una demencia que provoca alteraciones cognitivas diversas, además de dificultades significativas en el funcionamiento social y ocupacional.
¿Qué es el Alzheimer?
La enfermedad de Alzheimer es una demencia que provoca alteraciones cognitivas diversas, además de dificultades significativas en el funcionamiento social y ocupacional.
La evolución de la enfermedad se caracteriza por una instauración gradual y deterioro cognitivo continuo. Podemos, mencionar las siguientes señales de alarma que pueden avisarnos de su incipiente aparición:
– Cambios de memoria que dificultan la vida cotidiana.
– Problemas para desempeñar tareas habituales en la casa, en el trabajo o en su tiempo libre.
– Desorientación de tiempo o lugar.
– Dificultad para planificar o resolver problemas.
– Fallos para comprender imágenes visuales y relaciones lógicas.
– Dificultad con el uso de palabras en el habla o lo escrito.
– Colocación de objetos fuera de lugar y la falta de habilidad para recuperar mentalmente ese momento.
– Disminución o falta de capacidad para la toma de decisiones.
– Pérdida de iniciativa para tomar parte en el trabajo o en las actividades sociales.
– Cambios en el humor o la personalidad.
Tengo problemas de memoria, ¿Padezco Alzheimer?
En muchos casos, pensamos que los problemas de memoria pueden derivar en una demencia, pero no tiene por qué ser así. Hay muchas otras alteraciones que llevan a que no se recuerde qué se ha comido en ese día, las citas con el médico o lo que acaba de preguntar alguien. Estas alteraciones pueden ser, entre otras:
– Problemas de atención: aquello a lo que no se presta atención no puede ser recordado, y no por ello se tiene un problema de memoria sino, simplemente, que no se ha escuchado y procesado lo que decían/enseñaban porque se está “pensando en otra cosa”.
– Estrés: cuando el estrés aparece es normalmente porque se tienen muchas tareas, sin contar con el tiempo suficiente para realizarlas, por lo que se comienza a desempeñar varias a la vez sin prestar atención plena en cada una de ellas, por lo que al igual que en el apartado anterior, estaríamos ante un problema de atención.
– Bajo estado de ánimo: cuando una persona padece depresión su estado de ánimo se caracteriza por apatía, desmotivación, respuestas “no sé”, pudiendo entrar así en un estado de pseudodemencia en el que los problemas de memoria que aparecen son el resultado del estado emocional bajo (fallan las ganas, la atención, la motivación y el interés) no de un proceso neurodegenerativo.
– Problemas varios: asociados a memoria asociados a la edad, existen estos fallos de memoria por el envejecimiento normal. No tienen por qué evolucionar a una demencia.
Por lo tanto, el Alzheimer, se caracteriza por los problemas de memoria, olvidos de los hechos recientes que interfieran en la vida cotidiana, no de manera ocasional.
Lo que recomendamos, cuando se observen cambios respecto al estado previo que se repitan y duren en el tiempo, es consultar al especialista para que realice la valoración correspondiente.
¿Qué tratamientos existen para tratar esta enfermedad?
La combinación del tratamiento farmacológico y el no farmacológico, es hoy en día la manera de ayudar a la ralentización del progreso de la enfermedad. Con el tratamiento no farmacológico, nos referimos a las terapias de estimulación cognitiva, que consisten en ejercitar las diferentes áreas del cerebro (atención, lenguaje, cálculo, memoria, praxias, etc.). Este trabajo cognitivo hace que se estimule la mente y se activen conexiones neuronales.
Solemos hacer la comparativa con la actividad física. Pues si sufrimos una lesión por ejemplo, del brazo, esta parte del cuerpo requerirá de unos ejercicios físicos específicos para su mejora. Con el cerebro es similar, tenemos que empezar a trabajar las áreas afectadas con la mayor antelación posible. Pues es mayor el beneficio de la estimulación cognitiva, si se comienza a realizar al presentar los primeros problemas de memoria.
Soy cuidador de una persona con Alzheimer ¿Cómo asumo este cuidado?
Lo principal es contar con información y formación sobre esta enfermedad, con el asesoramiento de los profesionales de este ámbito. Para tratar así, de conseguir una mayor aceptación y manejo de esta nueva situación. Cuidarse para poder cuidar, con unos hábitos de vida saludable, donde el descanso, tiempo de ocio y de relaciones sociales es fundamental para el cuidador.
Es una enfermedad progresiva como comentamos anteriormente, con bastantes años posibles de evolución, por lo que, hay que evitar que aparezca el conocido “síndrome de sobrecarga del cuidador”. Suele haber un cuidador principal (cónyuge, hijo/a, etc.) que asume la mayor parte del cuidado. Es necesario delegar, tanto a otros familiares como contar con una ayuda profesional, dividir las tareas de atención y cuidados y por tanto, poder disponer de tiempo para uno mismo.
Contamos en la actualidad, con grandes servicios de atención a las personas con Alzheimer y sus cuidadores, tanto a nivel público como privado, donde intentamos ayudar a una mejor calidad de vida de ambos y a la lucha contra esta enfermedad en Cognitiva Unidad Memoria Chamartín.
Realizado por: Mónica Nieto. Neuropsicóloga y Directora Cognitiva Unidad Memoria Chamartín. Nº Col.: M-19419 – Esther Prieto. Trabajadora social Cognitiva Unidad Memoria Chamartín. Nº Col.: 8509-M.
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