Alimentación de personas mayores en verano

Por 18 julio, 2018mayo 9th, 2019Bienestar

Durante el verano, debido al aumento de las temperaturas, las necesidades nutricionales pueden variar. Por ello, la cantidad y el tipo de alimentos que ingerimos deben ser adaptados.

La clave de la alimentación, especialmente en verano, se basa en una dieta que incluya una mayor cantidad de agua para evitar la deshidratación. Las personas mayores en las épocas de temperaturas altas, pueden sufrir con mayor facilidad episodios de deshidratación que pueden perjudicar la salud. Por ello, queremos destacar algunos consejos para mantener una adecuada alimentación en los meses de calor.

Alimentos recomendados

Como hemos comentado antes, es importante aumentar la ingesta de alimentos que contengan mayor cantidad de agua. Las verduras y hortalizas son alimentos que contienen agua y previenen la deshidratación, por lo que se aconseja consumirlos diariamente. Las frutas también son alimentos ricos en agua, especialmente algunas propias de la estación de verano como el melón o la sandía.

El pescado blanco o azul y las carnes como el pollo o el pavo, son una apuesta muy nutritiva y complementan muy bien como fuente de proteína. Por otro lado, los alimentos con fibra ayudarán a mejorar y mantener un adecuado ritmo intestinal.

Las verduras y hortalizas son alimentos que contienen agua y previenen la deshidratación, por lo que se aconseja consumirlos diariamente

Por último, la ingesta de alimentos muy calóricos, especialmente los que tiene grasas saturadas, debe ser menor.

Es importante prestar atención a la conservación de los alimentos. Las altas temperaturas pueden facilitar que se estropee la comida y provocar, así, intoxicaciones. Para prevenir estos episodios, se deben conservar adecuadamente los alimentos, es decir, bien envasados y a la temperatura necesaria.

Hidratación

Dado que en la tercera edad disminuye la sensación de sed, se recomienda aumentar la ingesta de agua aunque no se tenga sed. Conviene beber entre litro y media y dos litros de líquidos cada día. Las bebidas deben tomarse preferiblemente a temperatura ambiente, ya que los cambios bruscos de temperatura en el organismo pueden sentar mal a las personas mayores.

Dado que en la tercera edad disminuye la sensación de sed, se recomienda aumentar la ingesta de agua aunque no se tenga sed

Otros consejos para el verano

Además de cuidar la alimentación y la hidratación conviene tener en cuenta otra serie de consejos para evitar los golpes de calor en verano.

En primer lugar, conviene evitar la exposición prolongada al sol, especialmente en las horas centrales del día (de 12:00 a 16:00). En caso de ser necesaria la exposición, se deben tomar precauciones, por ejemplo, además de beber agua con frecuencia, protegerse del sol con gorros o sombreros, ropa ligera y cremas de protección solar. De esta manera, se previenen los golpes de calor y los daños en la piel por la exposición al sol.

En la medida de lo posible, conviene mantener la casa fresca, es decir, alrededor de los 21-23°C. No se recomiendan los cambios bruscos de temperatura, por lo que la casa debe estar fresca pero no demasiado fría.

Por último, ante cualquier tipo de síntomas (mareos, náuseas, dolor de cabeza…) se debe pedir ayuda para evitar daños mayores.

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