¿Cómo se vive el proceso de la vejez en un familiar?

Por 22 marzo, 2020Bienestar

¿No sabes cómo asumir que tu padre o madre se hace mayor? ¿Está perdiendo autonomía y no sabes a qué se debe? ¿Te resulta difícil aceptar que está envejeciendo?

En este artículo vamos a hablar de la vejez, de sus etapas y de los sentimientos que provoca, para que así nos cueste menos adaptarnos a esta nueva situación y entendamos mejor lo que sucede en ella.

¿Qué es la vejez y el envejecimiento?

Según la OMS en el año 2050 el 22% de la población mundial tendrá 60 años o más.  Este es sólo uno de los datos que reflejan que nuestra población cada vez envejece más, pero ¿realmente qué es la vejez? La vejez es una etapa de la vida como son la juventud o la madurez, suele comprender desde los 60/65 años de edad en adelante y como cualquier etapa conlleva unos procesos tanto físicos como biológicos graduales y naturales, aunque no son cambios lineales ni en todas las personas es igual.

Estos procesos característicos del envejecimiento suelen caracterizarse por cambios en los roles de vida, por mayor tiempo libre o por otros cambios como pérdidas de amigos o parejas, dificultades en la movilidad o por deterioro o pérdida de memoria entre otros.

Teniendo en cuenta estos procesos y cambios, se suelen distinguir entre 3 etapas dentro de la vejez ¿Sabes cuáles son estas 3 etapas?

—Prevejez o Senectud. Varían las edades según los estudios, pero suele estar comprendida entre los 55/60 hasta los 65/70 años y se caracteriza por cambios corporales, físicos y psicológicos como la reducción en las horas de sueño necesarias, jubilación, pérdida de musculatura e incluso sentimientos de aburrimiento o soledad.

Esto no tiene porqué indicar que la persona a esta edad se sienta triste o que ya no pueda ser útil, sino que sufre cambios tanto en las actividades de vida diaria como en su forma de pensar. Muchos de nuestros mayores a esta edad han cambiado los roles, por ejemplo se vuelven cuidadores de sus nietos yendo a recogerles al cole o dándoles de comer al mediodía o echan en falta tener en casa a sus hijos con todo lo que conlleva como hacer comida para más personas, y es que ahora tienen más tiempo libre que antes.

—Vejez. Está comprendida desde los 65/70 hasta los 80 años, se suele decir que es realmente la etapa que nos viene a la cabeza cuando hablamos de vejez, se caracteriza por reducción de funciones físicas como pérdida de visión o de audición, pérdida de autonomía debido muchas veces al debilitamiento de músculos y huesos, y también se producen cambios psicológicos como el aislamiento, dificultades en aprender cosas nuevas o el deterioro mental.

En esta etapa se suelen notar más los cambios y sobretodo, se suele notar cierto declive de las capacidades como cuando le tienes que decir al abuelo que baje la televisión porque está muy alta, pero también en esta etapa hay que potenciar toda actividad que aumente la calidad de vida de las personas mayores y fomentar la ocupación del tiempo con actividades que promuevan cierta independencia, como que si le gusta cocinar siga haciéndolo .

—Ancianidad o grandes ancianos. Forman parte de esta etapa los mayores de 80/90 años, se agravan más los problemas de músculos y huesos, aumentan las caídas, se reducen las actividades que tienen que ver con la vida social provocando aislamiento tanto por pérdida de las relaciones como por la reducción de la autonomía e independencia personal, como cuando la mejor amiga de la abuela, con esa con la que salía a hablar al banco, ya no puede porque se cae muy a menudo.

En esta etapa las actividades diarias suelen ser en el hogar la mayoría, son actividades con un ritmo más lento como pueden ser dar breves paseos, ver programas de televisión o leer, también varían según las condiciones de cada uno, un ejemplo es cuando la abuela se tira toda la tarde viendo Sálvame.

¿Por qué envejecemos?

Según la OMS el envejecimiento es un proceso biológico progresivo y se debe a daños tanto moleculares como celulares. 

Los cambios genéticos provocados por estos daños surgen de la pérdida de capacidad de división de las células y de la pérdida de capacidad de reparar los daños producidos en el ADN. Estos cambios son más notorios en 3 edades distintas que son alrededor de los 35, de los 60 y de los 78/80 años.

Pero el envejecimiento no sólo es provocado por factores biológicos, sino que también influyen los factores sociales como el entorno, nuestros hábitos de comida, los hábitos de sueño o nuestro propio comportamiento o perspectiva, afecta más al envejecimiento que nuestro mayor esté quejándose todo el día.

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Dentro de los factores sociales, los asociados a problemas físicos, a una vida sedentaria o a padecer demencia pueden hacer que se envejezca 3 años biológicos por cada año cumplido según diversos estudios, y además estos factores suelen influir en un 60 o 70% en el proceso de envejecimiento de la persona, por lo que se convierten en factores muy importantes durante nuestra vida y más en el envejecimiento.

¿Consecuencias de la vejez?

¿Sabías que la edad media de vida está alrededor de los 82 años? Pues sí, nuestra calidad de vida ha mejorado y esto ha hecho que se alarguen los años de esperanza de vida, por lo que nos hace plantearnos si es sólo la edad la que marca la llegada de la vejez o si también depende de cómo se llega a esta etapa.

«Según la OMS, la llegada de la vejez debe ser tratada de forma integral teniendo en cuenta tanto la edad cronológica como el estado de salud y del nivel de dependencia que se tenga, ya que estas condiciones varían según la persona mayor y su entorno».

Por lo que consideraríamos que la vejez llega cuando empezamos a sufrir la pérdida progresiva de nuestras capacidades físicas y psicológicas:

Problemas físicos durante la vejez:

—Pérdidas de audición y visión. A partir de los 40/50 años se empiezan a sufrir cambios en la visión como son la vista cansada (dificultad al enfocar hacia los objetos cercanos) o las cataratas. En lo referente a la audición empieza a haber pérdidas que conllevan dificultad para escuchar bien, necesidad de repetir las cosas varias veces y aumentar el sonido de la televisión, esto conlleva a problemas de aislamiento y soledad.

—Alteraciones en el sueño. A partir de los 60 años, se reducen las horas de sueño por la noche y este es más ligero, puede haber como pequeñas siestas a lo largo del día, estos cambios afectan al humor generando mal carácter y pueden derivar en trastornos del sueño como el insomnio.

—Enfermedades y afecciones. De las enfermedades y afecciones más comunes están las cardíacas, artritis o artrosis, diabetes, neumonías, tensión alta, malnutrición o demencias como el Alzheimer o el Parkinson.

—Pérdida de musculatura y aumento de grasa corporal. Se va perdiendo alrededor de un 15% la cantidad de musculatura y de fuerza en esta musculatura debido a que se pierde la rapidez en la contracción de músculos y debido también a los cambios endocrinos, pero la grasa corporal va en aumento con los años y esto genera una mayor probabilidad de sufrir enfermedades como la diabetes o problemas cardíacos y el aumento de caídas.

—Sistema nervioso. A partir de los 60 años, se reduce tanto la velocidad como la cantidad de conexiones entre las células nerviosas, esto provoca que las personas mayores respondan y tarden más tiempo en hacer cualquier tarea e incluso puede disminuir la fuerza de estas personas.

Problemas psicológicos durante la vejez:

—Pérdida de autoestima y frustración. Al iniciar esta nueva etapa            muchos de nuestros mayores se sienten activos y capaces para seguir realizando tareas y trabajos que hacían antes, pero tanto la sociedad como la familia no lo ve así y acabamos generando un concepto muy negativo de la vejez y en las personas mayores también, al final acaban sintiendo frustración por ello, perdiendo su autoestima y sintiéndose vulnerables ante esta situación.

—Depresión y ansiedad. Tanto los cambios en el cuerpo de una persona mayor como las alteraciones en el sueño y la pérdida de autoestima a partir de los 65 años pueden derivar en depresión y ansiedad, las características principales de la depresión son mostrar poco o nulo interés en actividades que antes le gustaban, también puede haber muestras de desánimo o dolores y malestar físico. Y estos sentimientos también pueden provocar la ansiedad por no poder hacer nada o por las dificultades de afrontar esta situación.

—Demencias. A partir de los 60 años empiezan a ser más notorias las pérdidas de memoria, los despistes con medicación, con las tareas de casa o con el aseo personal, también puede haber cambios de humor y de la personalidad o movimientos repetitivos e incontrolados. Dentro de la demencia, las más comunes son el Alzheimer, el Parkinson, la demencia vascular o la enfermedad de Huntington.

¿Qué se puede hacer en la vejez?

Las personas mayores pueden  ver la vejez como la etapa en la que cesan las obligaciones o se consideran secundarias, una etapa de liberación, dónde pueden realizar las actividades que les gustan y que antes por familia, trabajo u otras obligaciones no podían hacer.

«Según el IMSERSO sólo el 13% de las personas mayores inician una nueva      actividad en la vejez».

Según los estudios, la mayoría de las personas mayores no cambia el tipo de actividades que se hacían antes de la vejez, por lo que acaban desarrollando actividades muy similares a las anteriormente realizadas, pero lo que sí aumenta es el tiempo libre disponible.

Las actividades en las que suelen ocupar su tiempo suelen ser hacer la compra, leer, ver la televisión o dar paseos y del pequeño porcentaje (13%) de mayores en la etapa de envejecimiento que si hacen actividades nuevas suelen ser actividades relacionadas con el turismo como por ejemplo los viajes del IMSERSO (41%) o actividades culturales como ir a teatros o ir a museos.

Se debe tener en cuenta que la salud es el factor que más influye para la realización de las actividades junto con los factores sociales como educación, los  económicos o los personales como pueden ser los hábitos ya generados (80%).

«Debemos motivar a nuestros mayores a que ocupen su tiempo con actividades diversas, que sean actividades que potencien una buena calidad de vida y que les haga sentirse útiles, activos y que siguen manteniendo su vida bajo control».

Dentro de las actividades que se deberían potenciar para personas en esta etapa de la vida son:

—Actividades culturales. Como puede ser ir al teatro, a museos o a eventos y conciertos, así se fomenta la socialización y el desarrollo de la cultura en diversas edades.

—Talleres tanto de manualidades como de tecnología. Ayudan a estimular a nuestro mayor y a tener nuevos aprendizajes incluso en los años de vejez.

—Deporte. Ayuda a mejorar la autonomía y evitar riesgo de caídas de nuestros mayores, a retrasar o prevenir el envejecimiento e incluso prevenir de ciertas enfermedades como pueden ser las cardiacas, pero siempre se debe tener en cuenta las limitaciones de cada uno.

—Asistencia a bares, salones de baile o asociaciones. Esto les ayudará tanto a mantener las relaciones sociales evitando el problema del aislamiento como a encontrar a personas en las mismas condiciones que les ayuden a afrontar esta nueva etapa, la vejez, que ya sabemos que es una etapa en la que se sufren cambios en el número de relaciones.

Etapas de afrontamiento del proceso de vejez 

Que nuestros mayores envejezcan es algo natural y normal, pero para nosotros no suele ser así, solemos verlo como algo muy negativo.

Siempre les hemos visto como personas activas, que llevaban la carga de la familia en sus hombros y que ellos organizaban o se preocupaban por todo y por todos.

Y ahora verles con dificultades para hacer ciertas actividades, verles que ya no están tan vitales como antes o incluso que no oyen bien o se olvidan cosas, no es fácil.

Aceptar que nuestros padres, suegros o ciertos familiares envejecen es todo un proceso lleno de emociones y de situaciones nuevas que afrontar, y que afecta a todos los relacionados, familia, anciano y cuidador o cuidadores pasando por distintas etapas.

Negación

Suele ser la primera etapa tanto para la familia como para la persona mayor.

— Familia. Cuesta mucho reconocer que nuestro familiar está perdiendo o ha perdido parte de sus capacidades, y lo que se suele hacer es negarlo mediante frases como <<no está tan mal, es sólo un bajón>>, <<no es para tanto, ya verás cómo se le pasa>> o incluso <<no puede pasarle esto, no está pasando>>.

—Ancianos o personas mayores. Pero es que nuestros mayores también sufren esta negación, suelen ocultar sus despistes o dicen que bueno, que están cansados y que por eso no hacen ciertas actividades que antes sí que hacían y evitan pedir ayuda para así no reconocer que están envejeciendo, ya que les provoca sentimientos de soledad, frustración y miedo.

            Es una etapa muy complicada en la que pueden verse afectadas las relaciones entre familiares, se caracteriza por la dificultad de entender y de reconocer los cambios que están sucediendo tanto para la familia como para la persona mayor, por el desconocimiento y por el rechazo a la ayuda por parte del anciano o a tener que ayudar, muchas veces sin saber cómo, por parte de la familia y también se caracteriza por la dificultad en la adaptación a los nuevos roles que se dan en el ámbito familiar.

Confusión y caos emocional

Esta etapa suele ir de la mano de la anterior, negación y confusión suelen sentirse a la vez, y se dan al no entender los cambios y la velocidad con que se dan estos, afrontando que la negación no es una estrategia efectiva.

Nuestros mayores es lo único constante que hemos tenido en nuestras vidas y verles que necesitan ayuda e incluso que se vuelven dependientes genera muchas emociones juntas como ira, culpabilidad, miedo…

—Familia. Esta confusión suele darse porque cuando formamos nuestro hogar, vemos menos que antes a nuestros mayores y solemos creer que nuestros familiares siguen igual de bien que antes y que están genial para la edad que tienen, pero cuando empezamos a ver sus achaques, empezamos a asustarnos, nos sentimos confusos por la situación, no entendemos el porqué de la situación y nos resulta difícil saber cómo ayudar o qué es lo que necesitan.

—Ancianos o personas mayores. Nuestros mayores también sienten esta confusión, sobre todo porque no entienden como algo que hacían sin dificultad alguna hasta hace poco, ahora les empieza a costar, les resulta frustrante y no saben cómo evitarlo, de hecho niegan necesitar ayuda y se sienten culpables de no poder hacer nada o de no haberlo hecho antes.

 En esta etapa se suelen buscar culpables al no entender el porqué de la situación, como hemos dicho se suele dar de forma complementaria con la negación, por lo que es muy común negarlo porque no se acepta ni se entiende.

También se da una carga muy fuerte de emociones que nos suele generar bloqueo haciéndonos sentir que no hay solución o hiperactividad buscando constantemente soluciones.

Negociación

Esta etapa suele ser la más breve y se busca llegar a un acuerdo con nuestros familiares, pero sobretodo consigo mismo, lleva a pensar que se tiene el control sobre ello y se busca cómo aliviar todo lo que se está sufriendo.

—Familia. En esta etapa se debe entender que el envejecimiento y el deterioro es algo natural y que forma parte de la vida misma, y que debido a la mayor longevidad se debe buscar una mejor calidad de vida en estos años.

Los familiares deben empezar a mostrarse como un apoyo a sus mayores e intentar adaptarse al nuevo rol adquirido de cuidadores de sus mayores.

—Ancianos o personas mayores. En esta etapa se intentan hacer acuerdos con la vida como que si “la vida les da una oportunidad” se cuidarán para no pasar por esto, pero estos acuerdos o promesas también se intentan hacer con los familiares diciendo que sólo necesita ayuda para que les acerquen algo o que si les dejan descansar estarán mejor. Además, también suelen recordar momentos en los que estaban mejor y les gustaría volver a ellos.

Al final es necesario que una persona mayor también entienda que es una etapa más de la vida, que no pasa nada por pedir ayuda y que es necesario adaptarse lo mejor posible para poder vivir esta etapa con la mejor calidad de vida.

Es una etapa en la que se hace imprescindible el respeto y el apoyo de los familiares, entendiendo que la persona sufre al ver que pierde facultades y que les cuesta reconocerlo. Deben tener paciencia y mostrarse disponibles para cuando el familiar pida ayuda. La persona mayor debe pasar por esta etapa y así estar más cerca de aceptar la situación nueva que ocasiona el envejecimiento.

Deben tener paciencia y mostrarse disponibles para cuando el familiar pida ayuda, la adaptación no es sólo para la persona que sufre el envejecimiento, sino también para los familiares que añaden un nuevo rol que les demanda mucha energía y tiempo.

Depresión

Es una etapa, que aunque no todo el mundo pasa por ella, se caracteriza principalmente por miedo, sentimientos de pérdida y de resentimiento, se empiezan a ver los cambios en la vida de los mayores y es algo que impacta tanto física como psicológica y emocionalmente, comienzan a surgir preguntas como ¿Y ahora qué? ¿Qué nos espera? Y buscamos cómo ayudar o aliviar ese dolor.

—Familia. Es el momento de cambios rápidos y de incertidumbre, esto genera mucha carga emocional, sobre todo porque se ve que la persona mayor sufre, tiene falta de energía y no se sabe qué hacer, sentimos que no tenemos la información ni las capacidades para afrontarlo. Debemos darle su espacio para la aceptación, pero también informarnos de sus síntomas y cómo aliviarlos, de qué actividades puede hacer para retrasar el envejecimiento… En definitiva buscamos cómo ofrecerle ayuda y cómo adaptarnos sin sufrir cambios muy bruscos.

—Ancianos o personas mayores. En esta etapa se sienten perdidos y apáticos, están tristes, sufren dolor de cabeza o cansancio, ansiedad y tienen miedo al ver que están perdiendo facultades y que su forma de vida cambia, ya no son tan independientes como antes y es algo que cuesta reconocer y asumir.

Suelen expresarlo con irritabilidad y con pocas ganas de pensar en el futuro, incluso en algunos casos, no ven que haya futuro y se aíslan. Pero estos sentimientos son una etapa, es la forma de asumir esta pérdida de la definición de sí mismo, como persona activa e independiente.

 Es una esta etapa en la que debe darse el espacio suficiente a la persona mayor para que sienta y exprese todo lo que le sucede, debe basarse en la escucha y en la paciencia y buscar la forma de adaptarse a esta nueva situación. Tanto familiares como personas mayores deben entender que habrá días mejores y otros no tanto, que debe organizarse una nueva rutina adaptada a las necesidades de cada uno, expresar los sentimientos y si es necesario, pedir ayuda tanto a familiares o amigos como a profesionales, estos nos ayudarán a aliviar la carga emocional que se sufre en esta etapa y a aumentar nuestras estrategias para afrontar la situación.

Aceptación

Es la última etapa, se caracteriza por ser el comienzo de aceptación del envejecimiento como parte de la vida y también de la nueva rutina, se busca mejorar en todo lo posible la calidad de vida tanto de los familiares como de los mayores.

  —Familia. Después de haber procesado todos los sentimientos que genera esta nueva etapa, se tienen sentimientos de paz y de cierto manejo de la situación, no se tiene ese sentimiento caótico y se ve con cierto positivismo, aunque también siendo realistas y teniendo conciencia de la situación. Pero no hay que olvidar que la familia suele ser el principal apoyo de los mayores.

—Ancianos o personas mayores. Aquí se acepta que la vida ha cambiado, también se aceptan las emociones que ha provocado esto y que aunque hay cambios, aún existen actividades que realizar y que ocupen el tiempo libre. Además se debe favorecer el propio bienestar.

Es una etapa en la que la nueva rutina se ha asentado, se han descubierto actividades y ejercicios necesarios tanto para la mejora de calidad de vida como para tiempo de ocio.

Tanto familiares como persona mayor tienen una parte activa en esta etapa y han sabido adaptarse a los nuevos roles, los familiares no han dejado de lado sus vidas ni tampoco a la persona mayor y los mayores han sabido pedir ayuda, se dejan cuidar, pero también tienen su autonomía dentro de sus capacidades para realizar las actividades que les gustan.

Escrito por Verónica Pérez

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