¿Qué es la soledad en las personas mayores?

soledad en personas mayores

¿Cuándo te cruzas con el vecino mayor del tercero tienes una sensación agridulce? Quizá es porque vive solo y sientes algo de lástima. ¿En ocasiones estás triste al imaginarte a tus padres solos en casa? Es normal. La soledad de los mayores nos angustia y ver solos a nuestros seres queridos nos aprisiona el pecho.

Si logramos entender la forma en que opera la soledad y cómo podemos combatirla lograremos que nuestro estado anímico no se vea afectado y que nuestro mayor esté mejor atendido.Desgraciadamente la soledad en las personas mayores es un tema que no se trata con frecuencia, solo el 7,76% de la sociedad lo considera relevante tal y como recoge el Informe Soledad y riesgo de aislamiento social – La Caixa.

Te explicamos a continuación todo lo que debes saber sobre la soledad para que puedas poner remedio a esta enfermedad que se cuela de forma silenciosa en los hogares de los mayores españoles.

La soledad en nuestros mayores

La soledad no se considera un problema relevante en pleno siglo XXI, con una población muy envejecida, y esto es un grave problema. Solo el 8% de la población española considera un problema que las personas mayores se sientan solas.

La soledad en las personas mayores se percibe de manera distinta en función de la geografía en que nos encontramos. Por ejemplo, en España siempre nos da pena ver a un abuelito de 70 años bajar la basura él solo a las 21.30, empezamos a imaginarnos su vida: solo, viendo el futbol con la televisión alta y sin nadie a quien dar cariño; pero es no es así. Esta visión pesimista es algo cultural propio de la cultura latina. Tenemos la impresión que las personas mayores que viven en el sur de Europa están más solas que en el norte del continente, lo cual no es cierto.

La sociedad española asocia la vejez a la soledad, en el 46% de los casos considera que los mayores viven solos, cuando solo un 20% de nuestros mayores viven solos. Antaño sí existía cierta relación de causalidad, hoy en día no. La vejez no lleva necesariamente aparejada problemas económicos, físicos o familiares.

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En los años 70 y 90 la Organización Mundial de la Salud hizo un exhaustivo estudio en los países de Europa sobre la soledad en nuestros mayores y los resultados fueron llamativos. En los países nórdicos donde de facto sí existe una mayor soledad, tan solo un 6% de los mayores se sentía solo; frente a un 14% en los países del sur de Europa. Los estudios alegan un proceso de ajuste de expectativas en los países nórdicos que poco a poco empezamos a realizar en los países del sur como España.

Se percibe que existe un alto grado de soledad en España por factores culturales y contextuales. Además, en España, vivir solo en edades avanzadas está visto como algo malo y tiene connotaciones negativas, al asociarse a una falta de cariño por parte de los hijos. Esta mentalidad está evolucionando en los últimos años asemejándose a los países nórdicos, donde la soledad es sinónimo de autonomía y carece de connotaciones negativas.

Evolución de la soledad en los mayores en España

La sociedad española ha cambiado en los últimos 40 años de forma drástica. La esperanza de vida ha aumentado considerablemente, las mujeres se han incorporado al mercado de trabajo, la natalidad ha disminuido… todo ello ha supuesto un cambio en las familias y en los procesos de envejecimiento.

«Se percibe que existe un alto grado de soledad en España por factores culturales y contextuales. Además, en España, vivir solo en edades avanzadas está visto como algo malo y tiene connotaciones negativas, al asociarse a una falta de cariño por parte de los hijos. ».

Para entender el porqué en ocasiones nos angustiamos al ver a nuestro mayor solo con su andador es necesario entender las estructuras de nuestra sociedad y cómo ésta ha evolucionado en los últimos 30 años.

España, siempre ha presentado un modelo social denominado “familista”, donde la familia sirve de eje vertebrador de las estructuras sociales, frente a otros modelos más “individualistas” como los presentes en los países nórdicos.

En los últimos años hemos asistido a un proceso de urbanización, lo que dificulta enormemente esa protección familiar más propia de zonas rurales.

14 enero, 2019 in Cuidadores

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La percepción de la soledad de las personas mayores ha ido variando en los últimos años, debido a una realidad pujante y a una percepción familista cada vez menos arraigada. En 1975 el 20% de los mayores decía haberse sentido solo alguna vez; este dato subió a un 21% en el año 1986; en el año 1998 el dato fue del 30%; pero fue en el año 2002 cuando el dato alcanzó la preocupante cifra del 40%. En los últimos años el % de mayores que sienten la soledad como parte de su día a día ha descendido paulativamente, como refleja el Informe IMSERSO – GAUR.

¿Cómo perciben los mayores la soledad?

Nuestros mayores perciben la soledad como algo negativo. Mismamente, nosotros como familiares, cuando vemos a nuestro mayor hacer la comida solo, o cuando vamos al cine y le vemos rezagado nos inunda una sensación de tristeza y soledad. La soledad se percibe como un abandono por parte de la familia, eminentemente por parte de los hijos y más concretamente por parte de la hija que antaño era la que cuidaba a sus familiares mayores; además de problemas de movilidad y falta de autonomía.

Esta percepción está cambiando a posturas más propias de los países nórdicos donde soledad es sinónimo de autonomía e independencia; dejando a un lado nuestra cultura latina donde la estructura familiar está muy arraigada.

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Si tuviésemos que estudiar la percepción de la soledad por sexos, no nos sorprendería el saber que las mujeres suelen sentirse más solas. Un 32% de las mujeres con edades superiores a los 65 años así lo afirman; frente al 14% de los hombres. Esto es debido en parte a que hay una mayor tasa de viudas que de viudos, lo que hace que fácticamente las mujeres pasen más tiempo solas.

Motivos de la soledad

¿Sabrías decir cuáles son las causas de la soledad de tu mayor? Seguro que alguna sabrías enumerar como la movilidad reducida, la falta de amistades, la ausencia de hobbies…Pero lo cierto es que existen distintas causas que influyen en la percepción de la soledad de un mayor, aunque todas ellas están interrelacionadas. Los 3 motivos que recogen los estudiosos son: forma de convivencia, salud y edad, que veremos a continuación:

– Forma de convivencia

La tipología del núcleo familiar es fundamental, es decir si nuestra madre vive sola, o con su marido, o sus nietos… el vivir en pareja o en una casa grande con nietos hará que la percepción de soledad sea mucho menor. Los mayores que viven solos dicen sentirse solos en un 60% de los casos. Por el contrario,solo el 11% de los mayores que viven con su pareja dicen sentirse solos.Recogen los estudios que cuando el mayor presenta problemas de salud el que el cuidador sea formal (cuidador profesional) o cuidador informal (familiar) no influye en la percepción de la soledad. El matrimonio protege contra la percepción de soledad, pero una vez uno tiene problemas de salud es indiferente la figura de un cuidador o un familiar.

La red familiar aporta un alto nivel de apoyo y bienestar. Conforme los mayores superan los 65 años la red de amigos se ve deteriorada en el 27% de los casos, y si se superan los 80 años esta ruptura de amistades se da el 45% de los casos. Además, en el caso de los hombres es más acentuado que en el caso de las mujeres.

– Salud

La salud afecta directamente al estado de ánimo de nuestros mayores. Todos conocemos a algún vecino mayor que tuvo un percance con las escaleras, se fracturó la cadera, vio su movilidad reducida y terminó por volverse una persona depresiva con una percepción de soledad acentuada. Cuando la salud del mayor es mala el 66% de los encuestados se considera solo, frente a cuando es buena que solo ocurre en el 27% de los casos.

– Edad

Es fácil imaginarse a un mayor de 60 años menos solitario que uno de 85. Aquellos mayores que tienen una edad entre los 65 y los 74 años sienten la soledad presente en el 19% de los casos, cuando la edad comprende los 75 y 84 es de un 29% y si es mayor a los 85 años nos vamos al 33%. La edad supone cambios hormonales que fomentan la introspección y el aislamiento; además de problemas de salud.

Los hombres tienden a sentirse, soledad emocional, y a estar, soledad social, más solos. Los hombres se sienten un 5% más solos que las mujeres.

la soledad en los mayores

Consecuencias de la soledad de nuestros mayores

En la gran mayoría de los casos nuestros mayores no nos harán partícipes de sus problemas ni nos los transmitirán, pero nosotros como familiares los veremos: mami te veo más despistada; ¿papá va todo bien? Hace tiempo que te veo con mareos; cariño últimamente bebes mucho vino… La soledad en nuestros mayores puede tener graves consecuencias en el plano físico, psicológico y social que es bueno conozcamos para poder hacerles frente.

En el terreno físico nos encontraremos con un debilitamiento del sistema inmune, lo que puede suponer infecciones que deriven en enfermedades severas; dolores de cabeza, molestos que afectan al estado anímico de nuestro mayor; problemas para dormir e incluso problemas de corazón.

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En el plano psicológico, son frecuentes los casos de una bajada notable en la autoestima de nuestro familiar; ideas suicidas; consumo excesivo de alcohol y depresión. La pérdida de pareja es la que más incrementa la aparición de estos síntomas depresivos.

En lo referente al plano social, la soledad puede implicar conductas agresivas hacia terceros y prejuicios sociales ante grupos diferentes de nuestro mayor.

Se han dado casos, de personas mayores que han forzado una enfermedad para ser atendidos por su entorno familiar al percibir que cuando se está enfermo la familia cuida de uno.

Estos comportamientos no dejan de ser una llamada de atención por parte del mayor. En ocasiones las personas mayores piensan que enfermar es la solución, debemos de hacerles ver que no es así.

La soledad puede ser el principio de una enfermedad más grave, por tanto es bueno atajarla lo antes posible, ponerle solución antes de que sea demasiado tarde.

Instrumentos externos para erradicar la soledad de nuestros mayores

Nadie va a querer más a un abuelito que sus familiares, pero desgraciadamente los familiares no podemos hacernos cargo de nuestro mayor de la forma que nos gustaría. En la actualidad los familiares de los mayores tienen jornadas extensas de trabajo y obligaciones familiares, eso hace que los familiares busquen alternativas para lidiar con la soledad de su familiar mayor.

El mercado brinda soluciones para hacer frente a la soledad de la persona mayor cuando el familiar por temas de trabajo o familiares no puede estar con su mayor todo lo que le gustaría. Los instrumentos externos más recurrentes son los siguientes:

– Cuidadores profesionales

El trato humano es una de las mejores soluciones ante la soledad. Como dicen los estudios el mejor remedio es en primera instancia la familia, pero una vez una persona mayor se vuelve dependiente el trabajo de un cuidador profesional como solución anti-soledad, será tanto o más adecuado. Todos conocemos algún vecino que desde que cuenta con la ayuda de una cuidadora y su día a día es mucho más sencillo.

Un cuidador, es un profesional de las atenciones y cuidados de personas dependientes. Son personas afables, con paciencia y afectivas. Saben tratar de la forma más idónea a las personas mayores que se sienten solas. Con su presencia dan calor a la persona mayor, con su juventud dan alegría al hogar y con su ternura dan autoestima al mayor.

Es la solución, que, para la cultura mediterránea, mejor encaja en nuestros mayores. Además, en España tenemos la suerte de contar con cuidadoras de países latinoamericanos que comparten una misma cultura y un mismo idioma.

– Robots

De países más avanzados tecnológicamente nos llegan estos aparatos que ayudan a nuestros mayores a combatir la soledad. Son desarrollos tecnológicos complejos pensados para cubrir las necesidades diarias de nuestros mayores. Son maquinas con formas humanas, que buscan la cercanía afectiva con nuestros mayores, que están acostumbrados a solventar las problemáticas diarias de los mayores.

Esta solución está recibiendo una buena acogida en sociedades donde la familia y el contacto físico tienen menos importancia que en España. De todas formas, puede ser un excelente complemento al servicio de cuidados prestado por un familiar o una cuidadora profesional. Los robots para mayores han venido para quedarse y ser parte de la familia.

Es un producto con un coste inicial elevado, pero que a la larga puede ser económico si nuestro mayor le coge aprecio.

«Son desarrollos tecnológicos complejos pensados para cubrir las necesidades diarias de nuestros mayores».

– Asistentes de voz

Con la llegada de “Google Home” y “Alexa” a los hogares españoles, se ha abierto la posibilidad de llevar a los hogares españoles los asistentes de voz. Lo que en un primer momento pudo ser considerado un elemento para facilitar la vida diaria de las familias compuestas por un matrimonio e hijos, puede terminar por ser una solución para combatir la soledad de los mayores.

A través de un aparato conectado a la red wifi del hogar el asistente virtual podrá comunicarse con la persona mayor de tal forma que éste escuche una voz conocida. A través de “machine learning” este asistente será capaz de conocer las costumbres y gustos de la persona mayor. Con todo ese conocimiento adquirido a través de las semanas, el asistente terminará por ser el mejor amigo y el mejor conocedor de nuestro mayor, que de buen seguro no se sentirá solo en ningún momento.

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Técnicas familiares para combatir la soledad en nuestros mayores

Nuestros mayores, para hacer frente a la soledad, necesitan comunicarse; poder elegir sus valores y creencias de forma libre; poder autorrealizarse; poder aprender cosas nuevas; y sentirse querido y útil. Las técnicas familiares más útiles son las siguientes:

– Comunicación frente a la soledad

Es una herramienta vital para evitar el sentimiento de soledad en nuestros mayores. Conforme éstos envejecen su círculo de amistades se cierra, lo mismo ocurre con sus familiares que están ocupados con el día a día. Nuestros mayores necesitan comunicarse y relacionarse con su entorno tanto verbalmente como no verbal. De esta forma se sienten parte de la sociedad y ven su utilidad. Los mayores, al igual que el resto de las personas, son animales sociales que necesitan pertenecer a un colectivo.

Como familiares es necesario conocer los hábitos de nuestro familiar anciano para entender cómo se encuentra y poder hacer frente a problemas de sordera, problemas con de movilidad, problemas derivados del sistema nervioso o trastornos orgánicos.

Fomentar su inclusión en actividades sociales tales como la asistencia a centros de día o los paseos al parque, es una excelente opción. Ayudarle a entender y a ver el funcionamiento de los medios de comunicación, tales como el móvil o el teléfono, fomentará la comunicación con su entorno cercano. Instarle a ser parte de asociaciones o grupos activos, tales como partidos políticos o asociaciones sin ánimo de lucro, ayudará en su sociabilización. También como familiares podemos hacerles partícipes de nuestras rutinas como jugar a juegos de mesa, sacarle de paseo, hacer excursiones, ir a obras de teatro…

El entorno social que más minimiza el aislamiento social es el familiar. Como familiares podemos ayudar a nuestros mayores a combatir la soledad de una forma efectiva. Dicho esto, hay que tener presente que en ocasiones puede producir desazón y angustia el ver a nuestro mayor solo.

«También como familiares podemos hacerles partícipes de nuestras rutinas como jugar a juegos de mesa, sacarle de paseo, hacer excursiones, ir a obras de teatro…».

– Elección según las creencias del mayor

En ocasiones cometemos el error, los familiares, de pensar que nuestros mayores no pueden pensar o actuar por ellos mismos una vez se hacen mayores. Esto es un error. Una cosa es que tengan problemas de movilidad y deban de llevar andadores, y otra muy distinta es que no sean capaces de elegir el postre de la cena o si quieren o no bajar al parque por la tarde.

Es imprescindible nuestro mayor tenga autonomía para elegir según sus gustos y valores. No se les deben anular sus convicciones personales. Nuestro mayor se sentirá solo si no es capaz de opinar y mantener sus actitudes. Necesita vivir y ser capaz de dirigir su día a día, sino la soledad se presentará en su vida.

Como familia deberemos permitir al mayor expresar sus opiniones y fomentar lugares de encuentro en que pueda practicar sus creencias y convicciones. Es bueno acompañemos a nuestro mayor a actividades culturales, si son de su agrado; a eventos religiosos, si es creyente; o a lugares en que pueda exteriorizar sus emociones y sentimientos.

– Autorrealización del mayor

La autoestima en nuestras vidas es fundamental. Si sentimos que no valemos, no haremos, si no hacemos, terminaremos por deprimirnos y contraer enfermedades. Es importante por tanto nuestros mayores cuenten con una autoestima alta para poder hacer frente a la soledad. Si se sienten útilespara la sociedad, para sus amigos o para su familia no habrá una percepción de soledad.

Es importante el mayor pueda continuar realizando las actividades que son de su agrado y en las que es bueno. Si le gusta jugar a la petanca y se divierte además de ganar, está claro que se le debe potenciar ese deporte. Si como hobby le gusta jugar a la brisca con las cartas, pues hagámosle compañía y dejemos que en ocasiones nos gane. Si le gusta cocinar, animémosle a que cocine, aunque se le queme la comida, sonriamos.

Nuestros mayores quieren seguir siendo útiles y hay cosas que les gustan y se les dan bien. Como familiares debemos fomentar las actividades en que son buenos y les gustan.

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– Necesidad de continuar aprendiendo

El aprendizaje tiene un carácter motivador en el ser humano. El aprender nos transporta a nuestra infancia y nos sirve para continuar con ganas de vivir. Más aún cuando somos mayores.

Como familiares debemos potenciar y fomentar el que nuestro mayor aprenda y practique cosas nuevas. El hacerse mayor no debe suponer el dejarse llevar, ya que si nos dejamos llevar es cuando aparece la soledad en nuestros mayores.

Es bueno fomentar en nuestras mayores actividades creativas. Un mayor puede ser enormemente feliz con un pincel en la mano. Tocar un instrumento requiere tener cierta destreza, pero pintar es algo que se nos enseña de pequeños, y explotar la creatividad de nuestros mayores es un gran remedio frente a la soledad. Otra actividad que suele despertar gran interés en los más mayores es el fitness, no hace falta ser joven para mover las piernas y sentirse activo. Hay mayores que cuentan con una destreza mental envidiable, pues podríamos apuntarles a aprender algún idioma o aprender algún juego de estrategia como el ajedrez.

El aprender es uno de los mayores motores para sentirse joven y luchar contra la soledad, y hay multitud de oferta en pleno siglo XXI.

Las administraciones públicas contra la soledad en los mayores

El Estado español, consciente de la soledad que sufren nuestros mayores, está priorizando las actividades gestionadas por el IMSERSO para combatir la soledad de las personas mayores fomentando la sociabilización de los más ancianos.

Por el contrario, los países nórdicos tienen Estados que ayudan a los mayores en otras tareas, pero no en fomentar su compañía. La sociedad nórdica fue de las primeras que sufrió un proceso de atomización del hogar. Es más, en países como Suecia el sentimiento de los mayores de sentirse solos se ha estabilizado desde los años 70, rondando cifras no superiores al 20%.

Los mayores, una vez no pueden contar con la ayuda de sus familiares son reticentes a acudir a otras soluciones como serían recursos sociosanitarios, cuidadoras profesionales o residencias.

Las administraciones públicas en colaboración con entidades privadas como la Caixa y asociaciones culturales organizan ferias como la “Soledad en los mayores” para lograr dar visibilidad a esta problemática, que compaginan con una mayor oferta de centro de días y mayor presupuesto para el IMSERSO.

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Recomendaciones Cuidado mayor ante la soledad

Desde Cuidado mayor, como empresa especializada en atenciones a la tercera edad, recomendamos, tanto a las familias, como a las entidades privadas y a las administraciones españolas que busquen solventar este problema tan grave que afecta a nuestros mayores.

No olvidemos que hay un segmento de la población más expuesto a sufrir este problema silencioso. Los hombres presentan un mayor riesgo de aislamiento y soledad que las mujeres que debe ser solventado con políticas de inclusión social para este colectivo. Aquellos mayores que tengan un nivel socioeducativo más bajo tendrán un mayor riesgo de presentar síntomas de soledad ya que sus redes sociales y familiares serán menos firmes, por tanto, fomentemos actividades culturales para todos los estamentos socioeconómicos.

Hay que cuidar la relación con nuestros mayores, fomentar su integración y participación en la sociedad. No obviemos el contacto humano e intentemos hacerles partícipes de nuestro día a día. El hecho de preguntarles por su día, de contarles nuestros problemas, de compartir nuestras alegrías… les ayudará mucho a fortalecer sus redes de relaciones.

Se puede lograr que la soledad de nuestros mayores sea más liviana y menos dolorosa.

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